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Hay LSD para rato

¿Cómo consigue el cómico tener cinco espectáculos simultáneos en la cartelera?

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Que en tiempos de vacas flacas haya un cómico con cinco espectáculos simultáneos en cartelera es un fenómeno. Y que uno de los espectáculos -'Chicas, risketos, y apuntes pasados a limpio'- se represente desde hace 6 años es la cima del fenómeno. El protagonista de esta historia es Ramon LSD, y el Llantiol es el lugar donde lo encontraréis, cada fin de semana.

No me puedo aguantar y le pregunto por las letras que acompañan su nombre. Me lo temía: no escribe bajo los efectos del ácido que maravilló a los Beatles. Detrás de las siglas se esconde 'Líneas Sin Desperdicio', el nombre del fanzine que convirtió a un futuro economista en un monologuista todoterreno, después de un año de transición en el que también fue guionista de 'El Informal'. Allí, además de exprimir neuronas, descubrió que se había acabado eso de escribir para otros. "Quería ser protagonista", dice. Es entonces cuando se saca de la chistera 'Chicas, risketos y apuntes pasados a limpio', el monólogo que dibujará el primer trazo de una carrera fértil que va a parte por año. Pronto llega 'En ocasiones veo muertos...de risa'. Más tarde '¡Abajo las pasteladas!', y 'Y a ti ¿quién te aguanta?', la perla de su repertorio. Por último, '100 maneras de parecer imbécil'.

Representa tres monólogos a la semana, que va rotando para mimar el repertorio completo. Trata temas cotidianos -las mujeres, el romanticismo made in Hollywood, las manías- que cuentan con la grandeza del reconocimiento de uno mismo. Combate el maleficio de los lugares comunes con contundencia: "Los temas de los cómicos son como las paletas de los artistas; son los mismos, pero cada uno los aplica con un estivo diverso".

El estilo de Ramon LSD sigue una premisa: evita ver a otros cómicos para mantener la originalidad intacta. El objetivo es claro: "Si no hace reír, como mínimo, tres veces por minuto, el espectáculo  no vale". Hay otra regla de oro que nunca viola. Ningún espectáculo puede repetir ni un gag. Pasados más de seis años desde que aterrizó en Barcelona, se interroga sobre la madureza cómica, y busca depurar de fórmulas simples sus lenguajes. Basta de recaer en el sexo, las drogas y el taco de lengua floja. "El mérito está en hacer reír al público hablando de una lavadora", sentencia.

Cinco espectáculos no son suficientes para quedarse satisfecho. Dos proyectos nuevos le queman en las manos. El primero, que ya ha estrenado y se podrá ver una vez al mes, es una versión para personas sordas de 'Y a ti ¿quién te aguanta?'. La segunda, un proyecto de futuro todavía sin fecha, con dos actores, que será su primera tentativa fuera de la voz única.

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