Lo que debéis saber de la exposición sobre el uso de la cámara ‘amateur’ de Fundación MAPFRE

El fotógrafo ‘amateur’ es aquel que no se dedica a la fotografía profesional, pero que conoce la teoría y que usa parte de su tiempo en tomar fotografías con un cierta habilidad. Esta forma 'amateur' de capturar momentos, entre lo artístico y lo testimonial, se remonta a los inicios de la comercialización y el uso generalizado de cámaras, a mediados del siglo XIX. Durante este período, las mejoras técnicas en las cámaras y la introducción de una nueva emulsión de plata en gelatina, que era más estable, rápida y económica, hicieron que la fotografía estuviera al alcance de un público mucho más amplio. Esto marcó el fin de su uso principalmente artesanal y su entrada en la esfera de la producción industrial y el consumo generalizado.

Familias enteras mirando al objetivo, algún miembro ocupado en alguna tarea, escenas de grandes almacenes y los primeros 'selfies' capturados frente a espejos… encontraréis todo este tipo de fotografías colgadas en la exposición; una actividad que fue toda una tendencia, especialmente entre la clase burguesa. Los primeros intentos de fotografía 'amateur' surgieron con el propósito de capturar la unión familiar y las escenas cotidianas de la vida burguesa.
Los contrastes de la sociedad también reclamaron la atención del flash: niños en barcas, individuos de etnia gitana, obreros de excursión, conflictos, grandes eventos… 

Durante mucho tiempo, la fotografía 'amateur' o doméstica no recibió mucha atención en la historia oficial debido a su naturaleza masiva y su producción por parte de personas no profesionales. A menudo se consideraba poco relevante o mal hecha. Sin embargo, las imágenes capturadas con cámaras domésticas no eran simplemente un pasatiempo; al contrario, reflejaban aspectos importantes de la sociedad, como valores estéticos e incluso opiniones políticas. Estas fotos nos ayudan a entender mejor las diferentes realidades sociales de la época. 

Sin las fotos, las vivencias felices e irrepetibles podrían caer en el olvido. Cada vez que vivimos un momento especial, ¿qué mejor que sacar la cámara y guardar una copia del instante para siempre? La exposición está inundada de fotografías hechas con esta intención, momentos felices que formaron parte de la historia un siglo atrás. Este fue uno de los múltiples reclamos fotográficos que más hipnotizó a la población, y sigue haciéndolo. Un 'leitmotiv' al que la industria fotográfica se sumó para promover su producto.

Encontraréis originalidad en cualquier rincón de la pared: desde montajes fotográficos donde un mismo anciano aparece por doble con una flor hasta encuadres perfectos y juegos de luces cautivadores. La exhibición incluye fotografías en color, blanco y negro, así como negativos. Además, se expone una colección de cámaras fotográficas de época y otros utensilios relacionados con la práctica fotográfica amateur que añaden un toque histórico único. ¡Es un espectáculo visual que no os podéis perder!

¿Sabíais que Cataluña llegó a ser el epicentro de la fotografía ‘amateur’ en España? Así lo recuerda la comisaria de la exposición, Núria F. Rius: "Por un lado, se impulsan las primeras asociaciones destinadas a aficionados a la fotografía y se fundan las primeras entidades excursionistas catalanas, que pronto desarrollaron un marcado interés por la fotografía, como el Centre Excursionista de Catalunya (1890). Por otro, el comercio y la publicidad también desempeñaron un papel primordial en el asentamiento de la nueva afición". 

La cámara llegó a miles de hogares y, a partir de entonces, contribuyó a dar forma a cómo las personas percibían la realidad y expresaban sus aspiraciones sociales y culturales. La exposición es, sin duda, un retrato de la fotografía que se hacía a lo largo de esos años, pero también un reflejo de la constelación de valores, costumbres y maneras de vivir de los ciudadanos que habitaron estas tierras un siglo atrás. ¡Aquí podéis conseguir vuestra entrada!