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Bunkers del Carmel
© Jordi Saragossa

La Barcelona de Juan Marsé

Un recorrido por los escenarios de sus principales obras: desde ‘Últimas tardes con Teresa’ hasta ‘Caligrafía de los sueños’

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Este artículo fue publicado originalmente en la versión impresa de Time Out Barcelona el 16 de febrero de 2010

Carlos Zanón propone una travesía por los escenarios más emblemáticos del territorio Marsé. Bares, calles, puentes, iglesias y plazas donde literatura y realidad se funden en la magistral obra del escritor más barcelonés.

 

* "La vio salir de Las Ánimas con dos compañeros de su misma edad. Lucían polvo de reclinatorio en las rodillas y vestían igual".

En el cine, cualquier pueblo tiene una comisaría, una cantina y una iglesia. En la obra de Marsé la iglesia es la de las Ánimas. Actualmente se llama Iglesia de San Miguel de los Santos. Estamos en el barrio de Gracia. De aquí sale Rosita, la niña que el inspector de 'Ronda del Guinardó' debe llevar al Clínic para que reconozca un cadáver. Pero Rosita tiene pocas ganas de ver muertos y mucho trabajo por hacer. Su vía crucis (con reminiscencias de 'La Ronda' de Max Ophüls) se llevará hasta el Cottolengo del Padre Alegre. Al lado, Maya tiene un local con aroma de torrefacto y problemas. Pero también la Iglesia de las Ánimas es importante en 'Si te dicen que caí'. Javalollas, el niño Java, sufre una repentina conversión religiosa en forma de niña, función de pastorcillos y sexualidad adolescente. Todo esto sorprende a sus amigos de la calle, que se mueren por oír sus aventuras. En 'Caligrafía de los sueños', los personajes pasan por delante de las Ánimas. Parece que aún sigue en pie custodiando los secretos de los niños feroces.
Escorial, 163 T. 93 213 07 33

Foto: Maria Dias

* "Al pasar frente al bar Delicias escuchó piropos indecentes de una vulgaridad que, sin embargo, no conseguía ahogar una nota plañidera, triste".

El Pijoaparte es previsible. No dice dónde vive pero todo el mundo sabe dónde encontrarlo. "En el bar Delicias, junto a la estufa y jugando a la manilla con tres jubilados". De vez en cuando, envía un chaval a buscar un paquete de Chester. En el interior de un coche, una rubia que le ha venido a buscar se pone color. Ahora Teresa tendría más problemas de aparcamiento pero las tapas aún lo valen. Especialmente las bravas de dos colores, secreto de la casa.
Mühlberg, 1 T. 93 429 22 02 

* "Desde la cumbre del Monte Carmelo y al amanecer hay a veces una ocasión de ver surgir una ciudad desconocida bajo la niebla, distante, casi soñada".

La madre de Teresa Serrat creía que "el Monte Carmelo era algo así como el Congo, un país remoto e infrahumano con sus leyes propias, distintas". Prejuicios de una burguesía que no mira bajo las alfombras ni detrás, en la periferia. Hace mucho tiempo que el Carmel es un barrio 'normalizado' del distrito de Horta-Guinardó. Hay que decir, además, que nunca fue el Congo. Mejoran los accesos y las prestaciones en un barrio los vecinos del que todavía 'van a Barcelona'. Voluntad de ser una barriada más pero con identidad propia dada especialmente por la orografía. El puente de Mülhberg, los antiaéreos, la iglesia de la Virgen del Carmen (de ahí el nombre del barrio y de la montaña). Ahora también disfrutan de la espléndida Biblioteca municipal El Carmel-Juan Marsé (Murtra, 135-145; T. 93 407 28 70). Está especializada en la obra de Marsé y en novela barcelonesa. Construida sobre un antiguo vertedero de basura, es motivo de orgullo en un barrio ya orgulloso. Fue inaugurada en 2003.

* "Señala con el dedo un vetusto balcón del otro lado de la calle junto al metro de Fontana. Recuerda ahora a su padre en el herrumbroso balcón llorando".

'Caligrafía de los sueños'. La escena nos muestra a un niño de pocos años y su padre en un balcón de Gran de Gràcia delante de el metro de Fontana. El hombre tiene un puro en la boca. Apagado. Quizás ni lo ha encendido. No importa. En un momento determinado el hombre empieza a llorar. Sin hacer ruido. El niño se da cuenta y por mimetismo también llora. En la calle Gran de Gràcia las tropas del general Franco desfilan hacia el centro de Barcelona. Juan Marsé es un maestro porque hace cosas así. Puede ser tierno pero nunca sentimental. Directa en el golpe seco. Sin clichés ni lugares comunes. Nada es gratuito en su prosa. Hace parecer sencillo el sentido complejo de nuestras relaciones, el juego de espejos que nos rodea. Y generalmente dice más sobre la derrota, sobre la fraternidad, la amistad o la traición que la mayoría de escritores en novelas enteras.

* "De pronto se acordó del Tibet y cogió un taxi. Naturalmente: si estaba en Barcelona ¿dónde podía esperarle sino en el Tibet, cerca del Carmelo?".

 Esta vieja torre de los años 30 reconvertida en restaurante es el único del que, cree Pijoparte, puede presumir el barrio. Por eso cuando quiere invitar a Teresa a cenar es la primera y única opción. El Tíbet está regentado por la familia Sala desde siempre o casi. Decoración rústica –"falsa cabaña, troncos barnizados, techos de paja, luz embotellada"– ofrece cocina catalana, sencilla, casera, de toda la vida.
Ramiro de Maeztu, 34 T. 93 284 50 45

* "El Capitán Blay a veces tenía ganas de resignarse a ser nadie tomando el sol tranquilamente sentado en un banco en la Plaza Rovira".

El territorio de Marsé a la parte más importante de sus novelas son los barrios del Carmel, el Guinardó –"maldito barrio de sube y baja y escóñate"– y Gracia. La pañería de Java ('Si te dicen que caí') se encontraba en la calle Secretari Coloma. Uno de los personajes más maravillosos de nuestro hombre, el Capitán Blay en 'El embrujo de Shanghai', vive en el número 8 de la calle San Salvador. Aunque tiene la costumbre de olvidar su identidad ("Oye, chaval dime cómo me llamo y donde vivo porque lo he olvidado"). En el fondo, viejo y cansado, narcotizado por el olvido y el hedor de gas de la calle, aspira sólo a ser nadie. Eso sí, un nadie que toma el sol sentado en un banco de la plaza Rovira. Muy cerca está la comisaría de Lesseps de Ronda del Guinardó. Y también el cine Roxy, con el interior lleno de fantasmas. Todo esto lo asegura en un cuento Marsé y también, en música, otro superhéroe de barrio: Joan Manuel Serrat. Por cierto, en la película de Trueba el personaje del Capitán Blay lo interpretó Fernando Fernán Gómez: nunca encontraremos a un Blay mejor. 

* "Sarnita y su madre se fueron unos días al pueblo, vestidos de luto los dos: el padre había aparecido colgado en la portería del campo de fútbol del Europa".

Los niños feroces y los jabalíes bajan de vez en cuando a la ciudad. Desde sus montañas, barracas y familias. Tanto vienen atraídos por el olor del dinero como por los sueños. Bajan hasta la plaza Lesseps, se meten en el barrio de Gracia y la fuerza totémica del estadio del Europa CF les atrae. Este club fundado en 1907 es de los pocos que aún existen en el interior de la ciudad. En 'Si te dicen que caí' los peligrosos "kabileños del Carmel merodeaban por los alrededores del campo de fútbol de Europa y los descampados de la calle Cerdeña". Pero eso no es todo. Como en algunas de las pelis de sesión doble del sábado en el barrio también han colgado un hombre. Pero en Barcelona en los años 40 hasta los árboles están enfermos, humillados, envejecidos. Quizá por eso el padre de Sarnita ('Si tiene dicen que caí') lo cuelgan de una de las porterías. Juega al rojo y pierde.
Camelias s / n T. 93210 25 51 www.ceeuropa.cat

 

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© Tatiana Rojas

* "Pijoaparte bajó por la carretera del Carmelo hasta la plaza Sanllehy, saltó sobre la primera motocicleta que vio estacionada y se lanzó a toda velocidad".

Serpentea desde la plaza Sanllehy, el Cottolengo, el Park Güell y arriba, hasta la montaña del Carmel. En 'Últimas tardes con Teresa', Manolo Reyes, el Pijoaparte, baja por aquí a toda velocidad con una moto robada y hambre de sueños. Busca una puerta y esta es Teresa Serrat, burguesita excitante y excitada ante la irresistible nostalgia de raval de Manolo. La figura recortada de moto y Pijoaparte en la montaña Pelada evoca la del caballo, el cowboy y la montaña. La carretera del Carmel es la rampa de lanzamiento, pero también la vía más rápida para una fuga. El acceso por detrás a un escenario que se llama Barcelona. Un escaparate, un teatro pero nada es suficientemente real para un recién llegado al que nadie quiere ni espera. El Pijoaparte es un emigrante del sur que quiere su parte del pastel. En 1965 era murciano. Actualmente, sería ecuatoriano o marroquí. La ascensión al barrio del Carmel por esta carretera "negra, caliente y olorosa al atardecer" aún tiene mucho de aquella mística. Asciendes o desciendes de un lugar donde todavía los chavales desean cosas que pasan en otros lugares de una ciudad que dice ser la suya. 

* "Desde la ventana podía ver también el puente de Vallcarca, adusto y gris y con su larga lista de suicidas, y más lejos, en lo alto de una degradación de azules, el Tibidabo".

El barrio de Vallcarca y els Penitents, dentro del distrito de Gràcia, comienza en la plaza Lesseps y termina en Collserola. Barrio escondido entre el cerro del Putget y el del Coll. Lugar de veraneo en un principio que propició que, para salvar el valle, se construyera el puente o viaducto de Vallcarca. Desde aquí, Montse, la protagonista de 'La oscura historia de la prima Montse', uno de los grandes personajes de Marsé, se rinde. No puede más. Intentó encontrar el equilibrio imposible entre clases sociales, entre familia y negocio, entre el Dios de las sotanas y el hambre del depredador. La poco y mal querida Montse –boba, santa y buena– se rinde y salta al vacío desde este viaducto del barrio de Vallcarca. Si lo hiciera hoy, los primeros que encontrarían su cadáver serían los okupas que se resisten al desalojo. A Montse le hubiera gustado que fuera así.
Av. Puertos de Europa, 100

* "Torrente de las Flores. Siempre pensó que una calle con ese nombre jamás podría albergar ninguna tragedia".

Esta es la primera frase de 'Caligrafía de los sueños'. Es decir, Marsé da galones a esta calle de cuarenta esquinas, una anchura de siete metros y medio, edificios de poca altura y, eso sí, tres tabernas. Una de ellas, el bar Rosales, epicentro de las cosas que suceden en la novela. En el número 117 vive la señora Mir, medio loca, enamorada de estar enamorada. Dispuesta a ser feliz sin dar demasiada importancia a si el precio es el ridículo o los cotilleos. El fracaso es no intentarlo. Quedarte esperando a que te saquen a bailar es la mejor manera de no bailar nunca. 

© Irene Fernandez

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