VINE COM ESTÀS
Mercè Ibarz
Proa.
176 pàg. 17,90
Más allá de la poca gracia traductora, el libro se nos ofrece como un "repertorio de pasiones", una recopilación de cuentos cosidos con el tema predilecto de la autora: la memoria. Las repeticiones ahora se llaman resonancias, que hace más posmoderno. Antes del repertorio, de la descripción de la vida urbana en Barcelona, la autora endosa un capítulo, más largo que los cuentos, donde la guerra es vista desde la masía: la avara Doña Malena, la principal terrateniente de este lado de la frontera, recibe la visita de Costa, un cacique que le propone reformar la propiedad y mirar Europa antes de que todo sea destruido. Escarbar la memoria familiar tiene sentido cuando el resultado escritural se convierte en una reflexión universal y compartida que supera el determinismo.
Ibarz ha escuchado las peripecias por boca de su madre y de su tío y las ha transcrito: bien documentado, el libro no deja de ser una especie de dietario lineal, de lenguaje ligero sin evolución narrativa ni construcción simbólica. Pero se salva por una defensa interesante del habla con puntos suspensivos, de la seducción como arte, la correspondencia entre el coser de la madre y el escribir de la hija, por el uso de la ironía y por la reescritura del estilo rodorediano. Pero cuando la autora proclama que el libro se puede comenzar por donde se quiera, habla quizá de una enciclopedia? - Anna Carreras