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El animador Carlos Saldanha es todo corazón: desde la serie de Ice Age, que codirigió, hasta esta nueva franquicia de Rio, cada película que hace tiene calidez, encanto y sencillas pero efectivas lecciones sobre la familia, la responsabilidad y la amistad. Por supuesto puede írsele la vena sentimental: hay una escena con una canción de cuna que hará que los cínicos busquen bolsas para vomitar.
Rio 2 tiene a nuestro héroe con plumas, Blu, vivendo felizmente con su mujer e hijos en Rio de Janeiro; pero cuando toda una parvada de su rara especie, el guacamayo de Spix, es descubierta en lo más hondo del Amazonas, Blu y los suyos se acercan para investigar.
Hay problemas con la cinta: la primera media hora se parece peligrosamente a La familia de mi novia, y una subtrama sobre un concurso de talentos se siente un tanto calculada, incluso para una película de niños. Aún así, las caracterizaciones son memorables, y las escenas de canto y baile elaboradas. En definitiva, encantará a los más pequeños.