Gabrielle

Buena parte de las películas protagonizadas por discapacitados físicos o psíquicos reivindican su derecho a ser considerados 'normales'. La insistencia en esta 'normalidad' hace que los hallazgos de 'Gabrielle' –la sensibilidad con que muestra la relación entre la heroína, que nació con el síndrome de Williams, y su hermana, de la que depende emocionalmente; o el coraje de enfrentarse a la representación del deseo sexual entre discapacitados– queda ahogada por una cierta tendencia al sermón edificante y una visión del mundo en que casi todo el mundo está entregado a una causa altruista. Las escenas de ensayo de la coral en la que canta Gabrielle tienen fuerza, pero cuando aparece Robert Charlebois, una especie de Julio Iglesias castigado por la vida interpretándose a sí mismo, parece que en cualquier momento pueda colarse en el plano  Jesús Vázquez de OT.