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[title]El nido de cabellos blancos, partido en mitades iguales por el inequívoco trazo de un peine, la espesa barba blanca y esos ojos sospechosos tras unas gafas tirando a discretas. Michael Haneke no esconde que en marzo cumplió 70 años. Va vestido de negro riguroso, y cuando le haces una pregunta –no falla– contesta siempre con un 'nein' rotundo, antes de asumir que quizá al fin y al cabo la pregunta no era tan estúpida.
En su última película, 'Amor', nos habla de los sentimientos en la tercera edad. Casi todo el film sucede en un apartamento. ¿Por qué?
Cuando te haces mayor, sobre todo si estás enfermo, el mundo se limita a las cuatro paredes de tu casa. Los viejos se apartan de la vida. Además, creo que ha se han hecho suficientes películas que presentan este tema como un drama social. Y yo no quería hacer un drama social, sino un drama existencial sobre este cuestión: ¿cómo convivo con el sufrimiento de la persona a la que quiero?.
El protagonista, Georges, sueña que lo atacan. ¿Por qué la sensación de peligro?
Es un hecho que la gente que se encuentra en una condición más débil, sea física o mental, ve el mundo exterior como una amenaza continua. Todo lo que es desconocido se considera un peligro potencial.
Georges y Anne se pueden permitir toda la ayuda que necesitan. ¿Por qué los hiciste de una clase acomodada?
Hubiese sido posible situarlo en un ambiente pobre, donde no pudieran asumir el coste de mantener a Anne en casa. En este caso, la hubieran llevado a un hospital, y la audiencia habría llegado a estas conclusiones: ojalá tuvieran más dinero, si hubieran podido mantener a Anne en casa con un servicio de enfermeras todo sería mucho más sencillo. Y eso, por descontado, es falso.
¿Por qué es Anne la que está enferma y no Georges?
Es verdad que podría haber hecho una versión a la inversa. Pero siempre había querido trabajar con Jean-Louis Trintignant. De hecho, escribí el guión para él, y esto determinó cómo tenía que ser la historia. Aunque es cierto que hacerlo de la otra manera habría tenido sentido, porque está inspirado en una experiencia de mi familia en la que el enfermo era el hombre.
¿Cuándo le propusiste el papel a Jean-Louis Trintignant?
Coincidimos antes de empezar con el guión. Él había visto mi anterior película, La cinta blanca, y le había gustado. Me acerqué a preguntarle si quería trabajar conmigo.
Es el primer papel que Trintignant acepta en mucho tiempo. Y está espléndido, igual que Emmanuelle Riva.
Sí, la última película de Trintignant es de hace 14 años. Y en el caso de Riva, siempre he estado trastornado por su actuación en Hiroshima mon amour, de Alain Resnais.
La cinta blanca tenía un casting muy extenso. ¿Ha sido satisfactorio quedarte sólo con dos actores?
Yo creo que el trabajo con los actores de La cinta blanca fue igual de intenso. Pero sí que es verdad que cuando trabajas con buenos actores es más divertido hacer una película pequeña.
El apartamento es un personaje más, ¿no crees?
Cuando escribía pensaba en el piso de mis padres en Viena. Siempre que trabajo en un guión me es fácil pensar en un escenario concreto. Me ayuda a ver cómo se moverán los actores entre la cocina y el dormitorio, y qué podrán hacer de camino de una habitación a la otra. En este caso, tomé como referencia un lugar en el que crecí. Me limité a trasladarlo a Francia, al gusto francés.
Entrevista: Dave Calhoun